Preocupación, José Jacobsen:” No podemos dejar que el trabajo de años sea destruido por decisiones erróneas de gente que no conoce el delta entrerriano”
El presidente de la Cooperativa Agrícola Productores del Delta, Villa Paranacito, señaló que existe una marcada preocupación por el futuro del productor isleño al reflotarse un proyecto de ley que tiene como objetivo regular el uso de nuestros humedales. Afirmó que de prosperar el mismo, quedaran marginados de cualquier tipo de actividad productiva.
Resaltó que para “todos los isleños este es un tema que nos mantiene en vilo, dado que tenemos una forma de vida de más de cien años que no se puede alterar de un día para el otro. Que todo esto-como se ha anunciado- sea un parque Nacional es una locura desde donde se lo mire”. Queda-sigue- la sensación que “algunos políticos presentan proyectos sobre una zona que no conocen y que ni siquiera han recorrido. Se ampararan en la protección de algunas especies y no saben que en campos trabajados, mejorados se aprecia flora y fauna autóctona. Inclusive un Águila Roja que hacía tiempo no se veía, además de carpinchos, nutrias que forman parte del paisaje sin que nadie los moleste. Los animales se han acoplado al hombre y eligen lugares donde existen terraplenes para refugiarse en caso de crecientes”. Señaló que el que “mejor cuida las islas es el que vive en las mismas, y cuanta más producción haya en el delta, mejor cuidado va a estar, con disminución del riesgo de que se genere un incendio”.
Por otro lado se “ha dado pie a un grupo ambientalista a opinar y ser partícipe de un proyecto que a ciencia cierta no sabemos qué fin persigue, además de no haber tenido nunca en cuenta la posibilidad de arruinar economías regionales que destacan a la región”.
Resaltó que “nuestro trabajo, muy al contrario de cómo algunos lo aprecian, debería ser alentado por nuestros legisladores para que siga creciendo, no solo como economías regionales, propias de la zona, también como una planta de purificación del aire y del agua potable de la gran urbe que es Capital Federal y el gran Buenos Aires”.
Advirtió que si “al delta lo abandonan, lo dejan a su suerte, sin isleños, productores, puede llegar a transformarse en el País de los Matreros”. Es todo un riesgo-dice- porque “es poca la gente que va quedando con muchas quintas abandonadas. Lo único que alienta un poco de esperanza es el tema del turismo, con gente que ha comprado casas, 80 a 100 años, de antiguos pobladores que utilizan los fines de semana”.
Sobre los legisladores del departamento Islas del Ibicuy, Daniel Olano y Carmen Toller, dijo que “están más ocupados en otras cosas que en un tema que preocupa a todos los isleños y da-agrega- la sensación de que cuando ingresan a la Cámara de Diputados y a la de Senadores, en este caso de la provincia, se bloquean, no hablan con su gente y definitivamente no se ponen la camiseta”.
El apellido Jacobsen es conocido en Villa Paranacito y zona. Su abuelo Jacobo, , llegó hace 100 años desde Dinamarca a una geografía muy particular en el sur entrerriano, siguiendo el camino del inmigrante escandinavo su hijo Sven, en tanto que José nació, se crió y formó una familia en la isla que eligieron sus abuelos y padres. Hoy vive con su señora Otilia; mientras que los dos hijos estudiaron y se radicaron en Buenos Aires. Tiene su hogar sobre el Arroyo Brazo Chico a unos 2 kilómetros del Río Uruguay, y cerca de la Isla 9 que es la última a la que se puede llegar en vehículo. “Para llegar hasta Villa Paranacito, tengo que embarcarme en una lancha, navegar un kilómetro, bajar a tierra subirme a la camioneta y transitar veinte kilómetros, por caminos de tierra, hasta llegar, previo cruce de la balsa, a Villa”,. contó.
Jacobsen indicó que la forestación, producción que distingue a la zona, “no pasa por su mejor momento, siendo uno de los motivos el que no se la está cuidando como debería”. Explicó que los “cortes de sauce” se hacen cada 14 años y dejando que vengan los rebrotes sin la correspondiente reforestación”. Indicó que se “está trabajando para Papel Prensa”. En otro orden se mostró preocupado por la “falta de mano de obra calificada en un trabajo duro, sacrificado en el monte”. Agregó que “ todo aquel obrero que sabe trabajar lo está haciendo, pero de todas maneras siempre falta, y no vemos que gente joven se quiera dedicar a este trabajo por la falta de gente experimentada que le enseñe el oficio”.
Detalló que lo que más se produce es “sauce y un poco de álamo”. Una de las claves para trabajar en la forestación pasa por la “paciencia”, algo que hoy no sobra. “Es muy difícil convencer a un gaucho que invierta, más allá de que existan planes que marcan que te van a pagar a plantación realizada, pago que después de la inspección correspondiente demoraban hasta tres años en abonártelo y sin ajustar los precios a los índices inflacionarios”..
La Cooperativa
Entre las actividades que realiza, señala Jacobsen, sobresale la madera que se obtiene de la forestación, una planta donde se procesa la nuez pecan y miel. También se está tratando de incursionar en ganadería, teniendo en cuenta que la cantidad de ganado vacuno aumentó considerablemente en los últimos años. Volviendo a la madera, con apoyo del Conicet, se trabaja en un proyecto de viviendas de madera de la zona. Se trata de un sistema en módulos que se pueden adaptar a distintos tamaños y diseños”. Acotó que se “ está trabajando en el inicio de un proyecto que cuenta con la colaboración de la Escuela Técnica de Paranacito”.
Dijo que los dirigentes de la Cooperativa que preside trabajan ad honorem y que los únicos que cobran son los “empleados”.
Frutales
Comentó que hace unos años se dejó de trabajar en el rubro. “En mi caso, tengo una sola hectárea, cuando supe tener siete”.
Otros tiempos
Recordó que trabajó en la zona del delta un comercio conocido como “el almacén de Herrera” que visitó el Presidente Justo. Tenía tres barcos, vendía de todo, tirantes, chapas, comercializaba alimentos, frutales, y fiaba a los inmigrantes que llegaba hasta tres y cuatro años, algo muy loco para los tiempos que corren”.