José María Varangot, presidente de la Filial de Federación Agraria en “El Solar”, en una columna de opinión se refirió a la nueva ley, recientemente aprobada, de buenas prácticas en materia de fitosanitarios.
Luego de 44 años, la Legislatura de Entre Ríos acaba de sancionar la nueva Ley de Buenas Prácticas Agrícolas en Materia de Fitosanitarios. En la época que comenzó a regir la anterior ley, en el campo recién se conocía el sistema de Voisin, consistente en un pastoreo rotativo intensivo de la hacienda en superficies pequeñas, con retiro oportuno de manera de aprovechar al máximo la capacidad productiva sin dañar el tapiz vegetal de la tierra. Asimismo, por aquellos años comenzaba a aplicarse la siembra directa, que es un sistema de siembra, hoy muy extendido, de labrar la tierra sin ararla, aumentando así su capacidad de retención de agua y nutrientes, evitando la tan perjudicial erosión del suelo. Estas prácticas apuntan, justamente, a hacer más eficiente la producción, tanto de ganadería como agricultura y simultáneamente cuidar el suelo.
Cabe destacar que la producción del campo entrerriano la componen mayoritariamente pequeños y medianos productores, que se caracterizan por establecerse en sus propios campos con sus familias, enviando sus hijos a las escuelas rurales y utilizando los precarios caminos de la producción existentes. Incluso las mismas chacras fueron trabajadas por los abuelos, los padres y hoy por los nietos de los dueños originarios. Es por ello, que el primer interesado en la correcta y más sana conservación de la tierra, así como el cuidado de aspectos que hacen a la salud de su propia familia, es el productor rural entrerriano.
Con motivo de la reciente sanción de la Ley sobre aplicación de Fitosanitarios se produjeron comentarios a través de distintos medios, por parte de sectores ambientalistas, que provocaron sorpresa, por el aparente reconocimiento de su falta de capacidad de gestión en pos de sus objetivos. En ese sentido, el Foro Ecologista de Paraná ha manifestado, en el Programa “A Quien Corresponda”, emitido por Radio Plaza, textualmente, “que el Foro trató de explicar la falta de sustento legal del proyecto en cuestión, pero no tuvimos oportunidad que lo pudieran entender porque hay muchas presiones y sabemos cuáles son los intereses…” El campo viene sufriendo la aplicación desde hace muchos años de muy fuertes retenciones a su producción, tampoco hemos logrado tener, hasta ahora, una Ley de Semillas que ponga orden la legitimidad del agricultor en la tenencia de la semilla producida por él y en su campo. Seguramente en estos dos pendientes, enfrentamos poderosos intereses, pero, sin embargo, no nos ha impedido seguir siendo el motor principal de nuestra economía, incluso tratando de superarnos en la eficiencia de la producción en un ámbito saludable, respetando las Buenas Prácticas Agrícolas, desde hace años. No por importantes que sean los intereses por superar vamos a resignarnos. Debemos seguir gestionando y produciendo.
Por otro lado, la representante del Foro Ecologista afirma, refiriéndose a la lucha ambientalista que “hay un descreimiento absoluto por parte de la sociedad… y más de los jóvenes, que se alejaron muchísimo de la lucha…y terminan bajando los brazos, apoyando pequeñas acciones como limpiar una playa o reclamar por la muerte de un animal”. Respecto de esta curiosa perspectiva, me permito decir que hoy estamos asistiendo a una especie de reivindicación de nuestra sociedad, pues luego de años de desaliento han optado, desde lo político, por intentar caminos nuevos, rechazando las viejas prácticas tan dañinas, y, justamente, es de destacar el protagonismo de la juventud que actúa como punta de lanza del cambio que se pretende. Es probable que el problema sea la forma u oportunidad del mensaje que se intenta transmitir y no el sector al que va dirigido. Aclaro que rescato el accionar de los jóvenes, lejos de cualquier connotación política.
En otro párrafo, la representante ambientalista, refiriéndose a las distancias de fumigación que establece la nueva normativa dice: “Son las exigidas por el Fiscal de Estado, quien explicó a los legisladores, diciéndoles que la Justicia les había pedido que redacten esta normativa, por eso los legisladores piensan que tienen un sustento, que fue ordenado por la justicia”.
En principio sorprende lo dicho, pues da por sentado que en nuestra provincia no existe la división de poderes. Según sus declaraciones, la Justicia les exigió a los legisladores que aprueben la normativa. Interpreto que se trata de un error, producto de la molestia y enojo que sufre el Foro Ambientalista, con motivo de la sanción de una ley que no los satisface.
Para finalizar, deseo transmitir al lector que no es mi intención provocar debate alguno ni tampoco he querido mencionar cuestiones técnicas que pueda contener la ley que se acaba de aprobar. Por otro lado, mi conocimiento del sector productivo agropecuario entrerriano, se basa en que soy productor en la zona norte de nuestra provincia desde hace 44 años, presidente de FAA – Filial “El Solar”, Departamento La Paz, desde hace 12 años y desde mi área de responsabilidad soy un celoso cumplidor de lo establecido en las Buenas Prácticas Agrícolas, alentando a los productores de nuestra jurisdicción a que lo sigan haciendo, máxime, con esta nueva ley que es el producto de más de seis años de discusión, lapso en el que se presentaron dos proyectos afines, que fracasaron en su tratamiento y perdieron estado parlamentario.
Además, esta ley contó con el aporte de la Mesa de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 30 entidades, ámbito en el que seguramente abundaron opiniones a favor y en contra, distintas posturas y fundamentaciones, disensos, pero con el objetivo de poner orden en un tema fundamental para nuestra provincia. Hoy, el sector productivo del campo entrerriano sabe que, cumpliendo con la ley, tiene tranquilidad y seguridad en la programación de su trabajo, que no es poca cosa.
Por José María Varangot, abogado, productor de campo y dirigente rural
